Personalidad y niveles superiores de conciencia, de Antonio Blay Fontcuberta

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Identificación – Desidentificación
El primer paso hacia la libertad interior

El libro Personalidad y niveles superiores de conciencia empieza advirtiéndonos de que vivimos identificados mentalmente con nuestro cuerpo y con las diferentes ideas y emociones que tenemos acerca de nuestro cuerpo. Esto nos hace vivir al albur de los cambios que suceden en nuestro cuerpo, y al albur del exterior y las circunstancias que a menudo contrastan con el concepto mental que tenemos de nosotros mismos.

Si yo intento demostrar que soy muy valiente y en un episodio concreto algunas personas de mi entorno me tachan de cobarde, me sentiré muy frustrado. Pero la pregunta, más allá de saber la razón que tenían para juzgarme, es saber la razón que tenía yo para tener que demostrarles que andaba rebosante de valentía.

El punto de anclaje de la conciencia: hacia una perspectiva objetiva

Todos los problemas que tenemos en la vida son problemas de perspectiva que se diluyen a medida que vamos adquiriendo una perspectiva más amplia.

Para tener mayor perspectiva es imprescindible mover el punto de anclaje o foco de conciencia, que es el punto en la conciencia desde el que estamos viviéndonos a nosotros y por lo tanto al resto.

Si bien normalmente toda nuestra conciencia está puesta en el exterior y el punto de anclaje está ubicado incluso por delante de nuestro propio cuerpo, a medida que vamos ahondando en nosotros y vamos profundizando hacia atrás en la conciencia vamos viviendo seguridad, paz y lucidez. Somos capaces de incluirnos a nosotros en el campo de visión.

La Receptividad

Igual de importante es la vía de la profundidad que la vía de la apertura. La apertura a todo lo que acontece. Si bien no es complicada la apertura a lo conocido y deseado, hay que vivir con esta misma apertura el dolor físico o el emocional, ya sea con aquello que me causa rechazo o miedo, o con el dolor tras una pérdida.

Abrazar cualquier situación con toda la conciencia es vivir el momento con la mayor expansión posible. Este es un ejercicio que requiere de tener toda la mente disponible y por lo tanto reduce o elimina los pensamientos. Ejercitando la apertura nos empujamos a situarnos en un plano de conciencia más profundo y receptivo.

Aunque no es un recuerdo al que Blay acuda en este libro, yo recuerdo cuando era pequeño y de vez en cuando me hacía un moratón en la espinilla. Los primeros momentos tenía un dolor fuerte que casi me parecía insoportable. Me ponía a soplar y a moverme sin parar, así como a chillar. Intentaba evitar llorar a toda cosa y también intentaba evadirme del dolor. Lo que hacía en realidad era darle mucha más entidad.

Sin embargo, cuando nos abrimos al dolor y lo integramos completamente en la conciencia, este tiende a ser absorbido y a desaparecer. Sigue doliendo en muchas ocasiones, porque hay muchos casos en que es crónico, pero si uno consigue abrazarlo hasta que forme parte de uno mismo, se reduce hasta tal punto la resistencia que pierde la parte más importante de su entidad, que era la que le conferíamos con la mente.

Un eficaz tratamiento para la ansiedad

Tampoco recuerdo que Antonio Blay hable específicamente de la ansiedad en este libro, pero vale la pena mencionarla por la ayuda que nos brinda este punto de vista, ya que hoy en día la ansiedad es una epidemia y por mi experiencia sí que he visto que lo más importante es abrirse a ella en lugar de evitarla. Si intentamos esquivarla le damos una entidad cada vez más espectacular con la que nos desborda por completo y nos deja noqueados.

Así, es mucho mejor soltar cualquier resistencia física y mental, respirar profundamente y a nivel abdominal. Observando esta respiración que procuramos ralentizar podemos observar la ansiedad, abrirnos a ella con todo nuestro ser y esperarla con los brazos abiertos para que nos penetre completamente y así podamos ver exactamente de qué está hecha.

La afectividad

A pesar de que algunas veces se ha comentado que la línea de Antonio Blay es bastante mental y no es demasiado afectiva, yo diría que eso sucede porque se confunde el trabajo integral en bloque de ir hacia el fondo a través de los tres centros (energía, amor e inteligencia) con el hecho de entender que se tiene que hacer con la mente.

En los comentarios sobre el libro Conciencia Axial, recomendamos un excepcional capítulo sobre el amor que denota la vastísima experiencia que el autor vivió en éste ámbito. No es un capítulo explicado con la mente, es un artículo experimentado en toda su dimensión, con la mayor profundidad, la mayor amplitud y la mayor cantidad de riqueza y matices imaginables.

Seguramente en este libro que nos ocupa Blay no se expande tanto en el plano afectivo, aunque entre otras cosas sí que recuerda que los sentimientos son dinámicos y que su naturaleza es el movimiento y, en última instancia, la expresión.

Una represión de emociones o sentimientos, sobre todo si son negativos, repercute en el cuerpo fisico. Por lo tanto es importante darles salida, no reprimirlos.

Actitud positiva

La actitud positiva es un faro que guía nuestros pasos. No se trata de una actitud impostada que ha de ser muy optimista o muy feliz porque si, si no de una conducta en la cual yo pongo todo de mí por el simple hecho de dar lo mejor de mí, porque es lo mejor que puedo hacer y porque es la única manera de mejorar la realidad.

El mal: un concepto bajo revisión

El mal no existe como tal. Así como no existe la oscuridad si no la ausencia de luz, cuando vemos un mal originado por la violencia vemos una falta de amor o un amor muy limitado.

Todos buscamos lo mejor, lo que pasa es que lo mejor para uno puede ser algo tan limitado que forzosamente afectará negativamente a otra persona. Aquí vemos porqué es necesario aumentar la perspectiva y ganar en profundidad para poder acoger también el bien del otro y el bien de todos, no solamente el mío.

Cuando yo me peleo a mantecado limpio en la puerta de la escuela con un padre cuyo hijo ha mordido al mío, estoy intentando proteger el honor o la dignidad de mi hijo, y eso es un acto de amor en sí. Un acto que no alcanza a acoger la realidad afectiva del otro niño ni tampoco la de su padre ni la de las otras madres y padres que andan por allí, que quedan sobresaltados por una escena muy violenta que puede que juzgarán como gratuita.

La carencia

Solemos vivirnos desde la carencia. Si consideramos que tenemos poca fuerza, nos vivimos como débiles. Si consideramos que tenemos poca inteligencia, nos viviremos como tontos.

Es cierto que yo puedo tener una inteligencia de valor 8 mientras otro tiene una inteligencia de 25. Pero si me comparo y me vivo como -13, que es lo que me falta para llegar a 25, no estaré cayendo en la cuenta de que tengo una inteligencia de 8.

El mucho o poco desarrollo de la cualidad que yo tenga tiene una entidad y un valor, y avanzaré mucho más deprisa si actúo en base a lo que sí tengo y no en base a lo que por comparación creo o pienso que me falta.

La oración

La oración es uno de los capítulos recurrentes en los libros de Antonio Blay. Se plantea como un acercamiento a la realidad absoluta de la cual parte todo lo que conocemos. Sin embargo, como en otros comentarios de sus libros ya hemos hablado de la oración, vamos a centrarnos en el apartado del silencio, que es particular de este libro y tremendamente revelador.

El silencio habla

«Al Ser Absoluto sólo se llega mediante la abstracción de lo que es
pensamiento, sentimiento y acción.»

«Todos deberíamos tener la valentía de afrontar la experiencia del Silencio. El Silencio es camino, es avenida hacia algo desconocido; y mientras queramos vivir «seguros», nunca nos arriesgaremos a entrar en el Silencio; mientras queramos reafirmar el yo, nunca nos aventuraremos hacia lo nuevo y desconocido.»

«Para llegar a la Realización hace falta coraje, valor, sin temor a lo que pueda ocurrir al llegar a lo Esencial».

En esta fase del libro es donde se ve más claramente que el trabajo interior consiste en gran medida en soltarlo todo. Soltar todo aquello con lo que habitualmente nos identificamos para abrirnos a la experiencia de realidad pura. Como es difícil explicar mejor este apartado transcribo algunas de las frases más reveladoras.

«El silencio es el enfrentamiento con la soledad, la soledad de sentirse ser sin relación con nada más, de sentirse puramente Ser. Sólo atravesando esta fase de soledad, de oscuridad, de aislamiento, de silencio, es cuando puede descubrirse lo que está uniendo a todas las personas, a todas las circunstancias, a todo lo que existe. Para llegar al Centro hay que desprenderse de la periferia; y cuando se llega, entonces se está en el centro de toda periferia.»

El silencio de la mente y de las emociones

«El Silencio es pura Conciencia, no conciencia de algo; es una Luz que ilumina, con independencia de lo que ilumina; es ser la propia Luz, es vivir en esa capacidad de ser pura Lucidez. Por lo tanto, esa conciencia de sí es un estado muy distinto del que se tiene habitualmente en la vida diaria.»

«El Silencio es una experiencia extraordinaria, revolucionaria. Cuando uno «toca» este mundo del Silencio, las cosas cambian y pasan a ser distintas para siempre. La persona sale del Silencio enteramente distinta; su conciencia de realidad ha cambiado, y por lo tanto su sentido de los valores también ha cambiado. Deja de identificarse con las formas, deja de creer que las formas son la máxima realidad porque
descubre qué Es lo que hay dentro de las formas, lo que hay en el Centro de las apariencias, lo que Es la Suprema Realidad, de la cual las formas no son sino como un reflejo o como una sombra.»

«Esto permite a la persona desenvolverse con completa libertad en relación con las cosas, con los demás y con sus propias experiencias. Ve que el valor de las experiencias, su realidad, está en que son expresión de algo central que es Silencio, que es Realidad no aparente, y que nunca la forma, la situación, la circunstancia, la persona, la sensación, la idea, tienen de por sí ninguna importancia, que toda su importancia está enraizada en la Identidad silenciosa que se descubre en el centro de todo.»

Vivir el silencio

Finalmente en el libro hay dos apartados, “Todo está en el silencio” y “Ejercitamiento progresivo”, que son definitivos también. Sin embargo, ya que me parece muy importante que os animéis a leer el libro, os escribo solamente uno de ellos:

«Cuando se va ganando terreno en esta práctica, entonces cada vez es más fácil. Se va tomando conciencia del desplazamiento de la atención hacia una profundidad, hasta que se puede aplicar a voluntad. Y lo mismo se consigue soltando las cosas que pienso, siento o quiero, que trasladándome directamente de donde estoy habitualmente hacia más adentro; es lo mismo. Me doy cuenta de que al «soltar» las cosas se produce este desplazamiento en profundidad de mi foco de conciencia, pero también de que trasladándome voluntariamente se suelta todo lo otro. Mediante la práctica se va ganando la capacidad de trasladarse más hacia dentro, hacia el fondo, pero después uno
descubre que no es trasladarse, es dejar de estar fuera.

Conclusiones

Es sin duda uno de los libros más recomendables de Antonio Blay. Fue toda una sorpresa para mí. Es conciso y nos muestra los apartados más importantes de la línea de autodescubrimiento que él experimentó. Los explica detalladamente, desde distintos puntos de vista, con inusitada hondura y afectuosa lucidez.

Salud mental óptima

Aunque no aparece en el libro un apartado con dicho título, me parece oportuno hacer un inciso final para aclarar que se suele decir que la línea de Antonio Blay es una garantía de gran salud mental, y es porque asume una perspectiva integral de la mente humana que engloba la psique pero la trabaja desde la conciencia, empujándola a moverse a un lugar que trasciende el mundo habitual de las ideas y las emociones con las que estamos identificados.

En la práctica uno vive en un lugar más estable, más auténtico y profundo que tiende a desidentificarse con el exterior. Con lo cual quedan al margen los problemas de salud mental.

Es como si en tu casa hubiera polvo por todas partes, manchas en las paredes, muebles en mal estado, instalación eléctrica por cambiar, ventanas que no cierran debidamente. Después de una limpieza y unas reformas, será la casa de tus sueños, el hogar que un día fue.

Y es que esta tarea es claramente una vuelta a Casa.

Personalidad y niveles superiores de conciencia, de Antonio Blay Fontcuberta

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